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miércoles, 29 de mayo de 2013

Crítica: obras de Microteatro Por Dinero

Creatividad en estado puro


PAULA OLVERA/AURORA SALVO- Si sois lectores asiduos de nuestro blog, no os sonará raro si os decimos que una vez más, estamos encantadas de que personas de diferentes ámbitos, nos abran las puertas de su vida y nos dejen adentrarnos en su profesión. En esta entrada os queremos relatar una nueva propuesta que descubrimos hace tan sólo unos días. Para los amantes del teatro, llega Microteatro, una forma de representación muy creativa. Queremos dar las gracias desde aquí a los responsables que hicieron posible que pudiéramos acudir a dos de las representaciones que tuvieron lugar una tarde de mayo. Fue todo un placer. El lugar en el que tienen lugar estos actos está muy bien ubicado en el centro de la capital. Además de la zona destinada a representar las obras, hay un bar para poder tomar algo entre función y función.


Esta nueva forma de teatro consiste en sacar en taquilla entradas (por un precio no superior a 4 euros) para funciones que tienen una duración aproximada de 15 minutos. A lo largo del día se realizan muchas representaciones en las diferentes salas. Así, los actores representan las obras de forma ininterrumpida, por lo que supone un esfuerzo mucho mayor por su parte. El espectador tiene la posibilidad de elegir aquellas que le llamen más la atención.

Nosotras estuvimos en las obras “Contrarios comunes” y “Sopa”. Una azafata nos guió para que pudiéramos entrar en la sala, un habitáculo un tanto pequeño, pero muy acogedor que facilitaba que el feedback entre actores y público fuera continuo. Los actores ya estaban en plena representación cuando el público fue llegando. Este tipo de teatro da muestra de que los actores se atreven con obras peculiares, que invitan al espectador a tomar parte en la transmisión de sensaciones. Y es que la persona que acude a las obras, está a dos pasos de los actores y todo parece más real e incluso el espectador se convierte en parte de la obra, da la impresión de que los asistentes estén dentro de la función.


En la primera de las dramatizaciones, “Contrarios comunes”, dos actores interpretaban a una pareja que no se entendía, que creían que todo su mundo se basaba en las diferencias, aunque en el fondo todos tengamos muchas similitudes, a pesar de que sea en los detalles más pequeños. La interpretación en esta obra está acompañada de movimientos arrítmicos por parte de los actores que consiguen que el espectador esté en todo momento alerta. Un apasionado baile de sentimientos y figuras visuales muy ricas en matices, completamente acompasadas y coordinadas. Al final de la obra, interactúan con el público, levantándoles de sus asientos, algo que nos llamó mucho la atención, sobre todo por la cercanía que mostraban los intérpretes. Tal fue el grado de complicidad que consiguieron con el público que algunos de los asistentes no dudaron en abrazar a los artistas como muestra de agradecimiento por el gran espectáculo que habían compartido con ellos.


En la segunda obra, “Sopa”, los protagonistas eran una pareja que sentía que se había perdido la chispa entre ellos. La trama se desarrolla en la casa de ambos, en mitad de una cena y el protagonista sobre el que gira la historia es un plato de sopa que se convierte en una metáfora que ilustra toda la representación. El chico parece no entender a su pareja, la cual, le da a entender que la relación está estancada y basada en la rutina. Los dos actores consiguen crear un ambiente incómodo propio de la citada situación en la que cualquiera nos podríamos ver identificados. La falta de comunicación con los seres queridos es un problema que mucha gente lleva consigo y que les impide explotar sus sentimientos todo lo que podrían. No hay que olvidar que la comunicación no verbal es más importante que la que transmitimos con la voz, aunque también es más difícil de captar, por ello de se debe destacar el talento de estos intérpretes a la hora de transmitir sus problemas y hacer que el público los sienta como propios.

Estas dos obras consiguieron que saliéramos del espectáculo con ganas de más. Una experiencia corta, pero muy gratificante. Si tenéis la oportunidad no os la perdáis. Somos fieles defensoras de que la cultura siga en auge, en especial las artes escénicas que en muchas ocasiones son infravaloradas y que todos deberíamos prestarlas un poco más de atención, porque detrás del telón, en ocasiones imaginario, hay mucho trabajo y sobre todo, mucha ilusión por parte de los actores. Estas iniciativas son fascinantes, te transportan a mundos insospechados. No cuentan con un alto presupuesto económico, pero sí tienen un elevado valor en empeño e ilusión. 

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