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martes, 8 de abril de 2014

Reportaje: Frida Kahlo

Frida Kahlo: éxito y tragedia


AURORA SALVO AMORES- “El coraje en la vida es una mezcla entre el éxito y la tragedia”, dijo John Fitzgerald Kennedy. Frida Kahlo es uno de los personajes artísticos más importantes del siglo XX. Las pinturas de esta mexicana representan todas las emociones que le fueron sucediendo a lo largo de su tortuosa vida. Ella siempre luchó por hacerse un hueco en un mundo que era principalmente de hombres y por ello es considerada uno de los símbolos del feminismo. Este año se cumplen sesenta años de su desaparición, aunque sus sentimientos seguirán latentes en cada una de sus pinturas.

La vida de Frida Kahlo está llena de altibajos. Influenciada desde niña por la Revolución Mexicana solía decir que había nacido el mismo año que este levantamiento, en 1910, sin embargo ella era tres años mayor. A los seis años, enfermó de poliomielitis, una dolencia que hizo que su pierna derecha adelgazase mucho respecto a la izquierda y que uno de sus pies se quedara atrás en el crecimiento. Su convalecencia duró nueve meses en los que su padre, Guillermo Kahlo, la apoyó especialmente. De él aprendió su pasión por la pintura, ya que también pintaba, aunque era fotógrafo.

En 1922, comenzó a estudiar en la “Escuela Nacional Preparatoria”, una institución bastante selectiva debido a las duras pruebas de admisión que educaba a sus pupilos para conseguir estudios en una carrera superior. Solo 35 chicas fueron aceptadas, en contraposición entraron 1965 hombres. En esta escuela Frida pasó a formar parte de los “Cachuchas”, un nombre que provenía de las gorras de traficante que llevaban los componentes de este grupo. Eran partidarios de hacer reformas en la escuela, se identificaban con los ideales nacional-socialistas del ministro de cultura de la época, José Vasconcelos. Así, de este conjunto saldrían varios líderes de la izquierda mexicana. En este conjunto estudiantil, se encontraba Alejandro Gómez Arias, el amor de juventud de la pintora que posteriormente sería un reconocido periodista en el país.

El talento de esta mexicana no despuntó especialmente hasta 1925, cuando comenzó a pensar en dedicarse profesionalmente al arte. Sin embargo, ese mismo año, cuando regresa de la escuela con Gómez Arias, tuvo un gravísimo accidente, el autobús en el que viajaban chocó contra un tranvía, los médicos dudaron que sobreviviera. Hasta un año después no plasmó su sufrimiento por esta causa en un cuadro, “Accidente”. Este traumático incidente condicionó la vida de Frida, ya que sus graves lesiones serían las causantes de una de las mayores frustraciones de su existencia, la imposibilidad de tener hijos y sufrir varios abortos. Tardó tres meses en recuperarse, sin embargo un año más tarde volvió a sufrir severas molestias que hicieron que volviera a pasar por el hospital, donde le impusieron el uso de diversos corsés para mejorar sus problemas de columna, tenía una rotura en la vértebra lumbar, tuvo que pasar temporadas sin moverse de la cama. Durante este tiempo de inmovilidad comienza a dedicarse más asiduamente a pintar.

En torno a su cama, se colocó un espejo que le sirvió en algunos de sus característicos autoretratos de los que diría que “Me retrato a mí misma, porque paso mucho tiempo sola y soy el motivo que mejor conozco”. Estas pinturas cuya modelo era ella misma ayudaron anímicamente a Frida, ya que contribuyeron a que crearse una nueva identidad, siguiendo un patrón en sus futuras obras de este tipo, una de los aspectos más característicos es que mira directamente de frente al observador.

Los interesados en analizar su obra deben comprender cada uno de los símbolos, la sintaxis y el lenguaje particular de esta transgresora artista. Los trabajos de Frida Kahlo están infundidos por diferentes vivencias que le hacían expresarse a través de la pintura. Otro de los puntos clave de la obra de esta artista mexicana se aprecia en la inspiración en el arte popular mexicano y en la cultura precolombina, apoyando de este modo la corriente de intelectuales que, tras la victoria de Álvaro Obregón como Presidente de México, intentaron combatir el analfabetismo, promover un movimiento de renovación cultural, luchar contra la desigualdad social y recuperar la cultura mexicana autóctona. Para ello, fomentaban un arte mexicano independiente que intentaba revalorizar el arte popular.


En 1927, Frida estaba bastante recuperada y lograba llevar su vida con cierta normalidad, por lo que rescató algunas de sus amistades de la época escolar. Algunas de éstas ya se encontraban en la universidad y eran piezas muy activas en política. Una de ellas era Germán Capo quien le presentó a diversas personalidades, entre ellas, estaba Julio Antonio Mella, un comunista cubano exiliado en México que compartía su vida con la fotógrafa Tina Modotti. A través de estar artista, Kahlo conoció a una de las personas más importantes de su vida, el pintor Diego Rivera.

La relación comenzó cuando la artista mexicana quiso conocer la opinión de este muralista sobre sus trabajos. Éste se quedó impresionado y la animó a seguir pintando. El 21 de agosto de 1921 la pareja se casó, siendo él 21 años mayor que ella. El pensamiento de Rivera influyó en Frida, encontrando una fuente de inspiración en el arte autóctono mexicano. Fue este pintor precisamente el que animó a su esposa a que vistiera de la forma que posteriormente se la recordaría con ropas típicamente mexicanas y con ese arco tan característico en las cejas.

En 1930, se mudaron a vivir a San Francisco, Estados Unidos, ya que a los artistas de México les atraía este país y su cultura. Esta emigración de la pareja también se puede entender debido a la represión que en su país se estaba produciendo contra aquellos que no pensaban de la misma forma que el gobierno, sobre todo a los pertenecientes al Partido Comunista de México. Ese mismo año, Frida se vio obligada a interrumpir un embarazo, comenzando una penitencia que le perseguiría toda su vida. Su accidente impedía que el feto pudiera estar en una posición normal, por lo que los médicos le habían informado de que lo más probable era que no pudiera tener hijos. Poco después, se quedó embarazada por segunda vez, pero esta vez lo perdió de forma natural. Estos hechos tan traumáticos para ella se reflejaron en sus pinturas durante toda su trayectoria.


Un tiempo después, comenzaron a surgir los problemas con Diego Rivera e incluso ella se instaló sola un tiempo en México de nuevo hasta que por motivos profesionales él tuvo que regresar también. Durante este periodo de matrimonio las infidelidades de su marido eran constantes y esto se reflejaba en las pinturas de Frida. Sin embargo, lo más doloroso para ella fue el engaño del muralista con su propia hermana, Cristina Kahlo. Debido a ello, se marchó de la casa conyugal. Posteriormente, cuando esta relación extramatrimonial terminó la pintora regresó, aunque en esta ocasión las relaciones con otras personas se dieron por parte de ambos, en el caso de ella, tanto con hombres como con mujeres.


Con el estallido de la Guerra Civil en España, la pintora fundó un comité de solidaridad para dar apoyo a los republicanos. Esta nueva incursión política la volvió a acercar más a Diego Rivera que simpatizaba con la Liga Trotskista. Precisamente, fue la pareja de artistas la que presionó para que México diera asilo político a León Trotski. Así, éste y su segunda esposa, Natalia Sedova fueron recibidos por Frida y se instalaron en la “Casa Azul” de la familia Kahlo. Su relación era tan estrecha que entre Trotski y la mexicana se produjo un corto, pero intenso romance.

André Breton, uno de los personajes más importantes del Surrealismo, ayudó a Frida a que expusiera por primera vez en el extranjero en la galería Julien Levy en Estados Unidos. Varias personas adquirieron sus obras, a pesar de la mala situación económica del país e incluso la editora de la revista “Vanity Fair”, Clare Boothe, le encargó realizar un retrato de su amiga Dorothy Hale, una actriz que se había suicidado poco tiempo antes. El resultado final fue tan gráfico con el momento del suicidio que Boothe pensó en destruirlo, aunque finalmente cambió algunas cosas. Las exposiciones fueron en aumento y su relación con Diego Rivera volvió a resurgir, tanto es así que se volvieron a casar comenzando una etapa más tranquila de su vida.

En 1941 con la Segunda Guerra Mundial, se produjo un desarrollo muy importante en México, debido a que la industria de guerra de Estados Unidos necesitaba materias primas. Frida Kahlo se hizo cada vez más popular en México, fue elegida en comités, consiguió un puesto docente y le ofrecían participar en revistas. Al año siguiente, la Escuela de Escultura se convirtió en Academia de Arte, donde la artista comenzó a dar una clase de pintura. Su método era diferente al de sus colegas, ya que insistió a los alumnos para que la tutearan, deseaba alcanzar con ellos una relación de camaradería y les incentivaba para que fomentasen la autocrítica y su propio progreso. Sus continuos dolores la obligaron a continuar con las clases en su casa.

Su estado de salud empeoró tanto que por recomendación se puso en manos de médicos estadounidenses para que le operaran la columna. Una intervención y un consiguiente postoperatorio que se reflejaría en algunas de sus pinturas de forma emocionante. Sin embargo, a principios de la década de los 50, Frida había sufrido seis operaciones, y su delicado estado de salud la permitió volver a trabajar durante unas pocas horas. En la cama se le colocó un caballete para que pudiese pintar tumbada. Al poco tiempo, comenzó a utilizar una silla de ruedas. La primera exposición  en solitario de la artista en México fue en 1953, pero los médicos le prohibieron acudir debido a su delicado estado. Sin embargo, consiguió acudir postrada en una cama y consiguió disfrutar anestesiada por diferentes sustancias.

El 13 de julio de 1954 con 47 años, Frida Kahlo falleció a causa de una embolia pulmonar. Sin embargo, la idea del suicidio, según se leyó en su diario, le rondaba por la cabeza. Lo último que se puede leer en este escrito es: “Espero alegre la salida… y espero no volver jamás… Frida”.

 “Tengo mucha inquietud en el asunto de mi pintura. Sobre todo para transformarla, para que sea algo útil, pues hasta ahora no he pintado sino la expresión honrada de mí misma, pero alejada absolutamente de lo que mi pintura pueda servir al Partido. Debo luchar con todas mis fuerzas para que lo poco de positivo que mi salud me deja sea en dirección de ayudar a la Revolución. La única razón real para vivir”. En esta frase de su diario, se puede apreciar el coraje de esta mujer que estaba muy comprometida con sus ideales los cuales defendió hasta el final de sus días. La figura de Frida Kahlo es en sí misma transgresora y precursora de la autonomía de la mujer respecto al hombre, demostrando al mundo que el sexo no es un motivo para estar menos capacitada en la toma de decisiones, ni en el desarrollo del arte, ni en ningún otro ámbito. Su historia refleja la superación de una mujer que no se amedrentó ni por sus continuos impedimentos físicos, ni por los reveses que le dio la vida. Una trayectoria vital marcada por el dolor y la pasión, por aquello que le llenaba y que al mismo tiempo le servía como una forma de liberar sus emociones, a través de una profunda mirada de su realidad y sus sentimientos que aún nos llegan cuando miramos sus pinturas. Ella falleció hace seis décadas, sin embargo su arte y todo lo que transmite afortunadamente nunca morirán. 


Fuentes:
-Kettenmann - Kahlo. TASCHEN, 2007

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